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domingo, 29 de enero de 2012

Todos los caminos llevan a Roma

     Según en artículo publicado en la Revista Digital Orden Espontáneo de octubre de 2009, firmado por Peter Boettkte, subdirector del Centro de Política Económica James M. Buchanan y profesor de Economía de la universidad estadounidense George Mason, "la investigación de Elinor Ostrom nos abre una ventana hacia un diverso mundo de asociaciones que no encajan perfectamente en las categorías de "mercado" o "Estado", pero aún así son esenciales para la cooperación social próspera y pacífica".

     Al mismo tiempo, Jeremy Rifkin, en su libro El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de una nueva era, señala que la solución al problema social de pérdida de puestos de trabajo, debido a las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, descansa en variadas asociaciones "voluntarias", que no encajan en las categorías "mercado" o "Estado", pero que "aún así son necesarias para la cooperación social próspera y pacífica". Rifkin denomina tercer sector al conjunto de estas asociaciones. De forma que los pilares sobre los que se apoyará la sociedad serán "el sector público", el "sector privado" y el "tercer sector o del voluntariado".

     Los pescadores de la Fundación Lonxanet no solo están gestionando un recurso cada vez más escaso, la pesca, sino que, al mismo tiempo, están resolviendo el problema del paro a que estaban abocados por distintas razones de mercado.

     En la página 279 del libro citado, Rifkin indica:

     "Para muchas personas sería difícil imaginar una sociedad en la que el mercado y los gobiernos jugasen un papel menos importante en los asuntos cotidianos. Estas dos fuerzas institucionales han llegado a dominar tanto cada aspecto de nuestra vida que olvidamos el papel tan limitado que tenían en nuestra sociedad (se refiere a la sociedad estadounidense) hace un centenar de años. Después de todo, las naciones-Estado y las empresas son criaturas de la era industrial". ¿Es posible pensar que algo análogo sucedió en el pasado con el establecimiento de las sociedades democráticas? ¿Fue difícil aceptar que los ciudadanos podían participar en la vida pública de su país?

     Rifkin recuerda (pág. 282) que el tercer sector está asumiendo "tareas y realizando servicios que los otros dos (mercado y Estado) son incapaces o no desean realizar, y a menudo, actúan como defensores de grupos y organizaciones cuyos intereses fueron ignorados por las fuerzas del mercado o rechazados en los consejos de gobierno". (Para ver hasta qué punto esta opinión de Rifkin coincide con la realidad, basta examinar los proyectos patrocinados por Ashoka)

     Según Rifkin (pág. 278) ahora que "en casi todas las naciones industriales del mundo, los gobiernos centrales reducen su tamaño y eliminan partes de sus responsabilidades tradicionales, perdiendo importancia frente a las multinacionales y poder para seguir garantizando el bienestar de sus propios ciudadanos", es necesario que un tercer sector juegue un papel cada vez más importante.

    Como indiqué el 27 de agosto, "el siglo XXI será el siglo de la sociedad civil o no será".  (La frase no es mía)

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