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martes, 31 de julio de 2012

Agua para beber

     ¿Cómo se explica que las empresas que más ganan sean las que negocian con bienes de toda la humanidad, pero escasos?

     El agua embotellada ha pasado, en tan solo unos pocos años, de ser un negocio importante -pero secundario- a ser el que más dinero mueve, detrás del petróleo y el café. Todo gracias a una muy estudiada técnica publicitaria en la que se promociona el consumo de agua embotellada como presunta fuente de salud, como ayuda para estar en forma o adelgazar, y como una señal de un cierto esnobismo y de culto por el lujo: los mejores restaurantes han introducido cartas de agua y se ha creado la profesión de catadores de agua.

     Jeans Ziegler, que fue Relator Especial de Naciones Unidas para la Alimentación, señala en su libro El imperio de la ... vergüenza, confiesa que por su cargo llegó a conocer bien cómo funcionan las empresas transnacionales; y cuenta que Nestlé -dueña de más de 75 marcas diferentes de agua embotellada en todo el mundo- lanzó, en 1999, una campaña de prensa en Pakistán en la que denunciaba "en términos totalmente alarmantes los peligros que, en algunas ciudades, suponía el agua 'contaminada' distribuida por la red pública".  El pánico se extendió a gran parte de la población. La respuesta del gobierno fue pedir ayuda a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyos funcionarios "comprobaron que todas las redes públicas distribuían agua completamente  sana". "Sin embargo, el pánico no cedía, alimentado por artículos de prensa cada vez más alarmantes". Poco después, Nestlé sacó a la venta una botella que llevaba el nombre de Agua pura. La estrategia proporcionó a esta empresa "astronómicos beneficios económicos".

     Con independencia de tratarse de una propaganda plagada de mentiras, hay que tener en cuenta que tener en cuenta que, con mucha frecuencia, estas empresas están esquilmando los recursos hídricos de los países en desarrollo.

     A continuación, otra cosa relacionada, también, con el agua, aunque no embotellada, sino con las redes  de abastecimiento a la población. Nestlé, además de vender agua embotellada, controla amplias redes de abastecimiento de agua potable.

     Jeans Ziegler indica que, cuando escribió el citado libro (fue publicado en 2005), "diez empresas multinacionales" se repartían  "el 90 por ciento de las redes privadas de abastecimiento de agua potable" y Nestlé era "la más poderosa de todas"; señala, también, que "la privatización, en el mundo entero (...) de las redes públicas de abastecimiento de agua potable constituye otra fuente de beneficios excepcionales"; y llama la atención sobre el hecho de que "la concesión del monopolio del agua a empresas privadas tiene como corolario que la gente ya no tenga permiso de acceder a ella sin su permiso, aunque proceda de pozos comunales", hasta tal punto que, en algunos casos, "los campesinos y pequeños agricultores deben comprar un permiso de explotación para recoger el agua de lluvia en su propiedad". (Capítulo XIX. "Las vacas gordas son inmortales")

     Pero, aunque el sistema defienda que se ponga al agua un precio acorde con las leyes del mercado, y el mercado decrete que cuanto más escaso es un bien, más elevado debe ser su precio, lo que relata Ziegler  solo sucede en los países subdesarrollados. En Europa, el abastecimiento de agua potable a la población es un servicio público; lo que no sabemos es si, con esto de la crisis, dejará de serlo.En Estados Unidos no es un servicio público, y lo que sucede es para asustar.

3 comentarios:

J. Felipe dijo...

Una prueba más de la debilidad de la clase política para hacer frente a las multinaciones con estas prácticas que podrían llamarse "terrorismo de mercado".

Peor aún, cuando los políticos tiene la primera responsabilidad de defender y proteger los intereses del pueblo y no, como ha ocurrido en la mayoría de los casos, que se ha convertido en una clase al servicio de las grandes empresas.

Saludos.

Juliana Luisa dijo...

Son cosas del actual sistema económico-social. Cosas que la sociedad civil tiene obligación de modificar.

Gracias por tu aportación. Estoy de acuerdo contigo: ahora son los mercados (todos, no solo el financiero) los que mandan. No sé si en broma o en serio, el famoso especulador George Soros dijo que son los mercados los que tienen sentido de Estado.

Un saludo

Camino a Gaia dijo...

Hemos llegado a los límites del crecimiento, a las corporaciones solo les queda saquear todos los comunes incluidos los estados democráticos y a las democracias mismas. Son ellos los que hacen las leyes, nuestros políticos solo son sus relaciones públicas.