El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.


martes, 30 de abril de 2013

Origen de la catástrofe ocurrida en Bangladesh

     Tenemos la costumbre de hablar de empresas francesas, alemanas, estadounidenses, etc., cuando la realidad es que, en las décadas, las empresas tienden a utilizar el mundo entero no solo para exportar, sino -a mi juicio, mucho más importante- en busca de lugares en los que los salarios son reducidos y los controles ambientales escasos, donde hay que pagar menos impuestos y la regulación social es menos efectivo. ¿Con qué objetivo? Con el único objetivo de ser competitivos y aumentar su cifra de negocio (ganancias económicas). Este fenómeno es conocido como "deslocalización de la actividad productiva" y provoca un desplazamiento de las empresas desde las zonas industrializadas de las países ricos a zonas determinadas -zonas de libre comercio- de los países pobres.

     Este es un proceso que, contrariamente a lo que podía pensarse y desearse, no supone una ayuda a los países pobres, sino más explotación, al tiempo que el panorama mundial se hace más precario. Esta deslocalización de la actividad productiva conduce a una pérdida de puestos de trabajo en los países industrializados, una explotación indiscriminada de la mano de obrar en los países de nueva localización de las empresas, una disminución de las conquistas sociales allí donde las había y recorte de los servicios públicos. Todo ello acompañado de un incontrolado deterioro ambiental y una falta de consideración de los trabajadores y trabajadoras como seres humanos.

     La situación es muy preocupante. Jan Tinberger, ganador del premio Nobel de Economía 1969 junto con Ragnar Frich, afirmó que se está guiando a la sociedad con una brújula que no sirve. En efecto, demuestra que, para el vigente sistema económico-social, las ganancias económicas están por encima de las personas.

     Esto es lo que ha sucedido en Bangladesh, uno de los lugares elegidos por las empresas del sector textil para fabricar prendas que después venderán en los países con mayor poder adquisitivo. Dejo a la consideración de si este acontecimiento tiene alguna relación con los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, según los cuales un total de 102 trabajadores fallecieron en los dos primeros meses del año, diez más que en igual período de 2012 o con el accidente del Metro que tuvo lugar en Valencia el año 2006. Sin embargo, no renuncio a indicar que el fenómeno está avalado por dos instituciones ademocráticas que gobiernan el vigente sistema económico: el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC).

     No pretendo -creo que lo he dicho más de una vez- que desaparezcan las actuales instituciones internacionales: pretendo que se modifiquen para que el sistema, además de ser sostenible, sea algo más humano y justo.
    

martes, 23 de abril de 2013

Miedo como educador y heraldo de los cambios

     ¿Cuáles son los motivos por los que se está reduciendo a la servidumbre a toda una generación y, por tanto, envileciendo la vida de muchos millones de seres humanos que tuvieron la mala suerte de haber nacido en el lugar inadecuado? ¿Qué han hecho? ¿De qué crimen se les acusa?

     Paul Krugman, premio Príncipe de Asturias en 2004 y premio Nobel de Economía en 2008, en uno de sus artículos periodísticos, habla de lo que llama "imprudencia de las élites". "Lo hace", escribe Joaquín Estefanía, "para refrescar a sus lectores las responsabilidades de quienes indujeron al error y ahora pretenden atribuírselo a otros. Las políticas que nos metieron en este follón dice literalmente [Krugman], no eran respuestas a las exigencias ciudadanas; eran, salvo muy pocas excepciones, políticas abanderadas por pequeños grupos de personas influyentes y, en muchos casos, las mismas que ahora nos dan lecciones a los demás sobre la necesidad de ponernos serios y ser austeros" . (Lo ha explicado muy bien y de forma muy sencilla Paco Roca, premio Nobel del Comic 2008)

     "Al tratar de echar la culpa a la plebe, las élites eluden algunas reflexiones muy necesarias sobre sus propios errores catastróficos. La principal consecuencia es que al desviar la atención sobre los centros de gravedad de nuestras dificultades actuales, es que sirven para absolver a quienes nos introdujeron en ellas, se elimina toda posibilidad de aprender de la crisis. La moraleja es que hay que responsabilizar a quien corresponde, para dar una lección a esas élites; de lo contrario, harán más daño en el futuro inmediato.

     El hecho es que se está aplicando una mezcla de culpabilidad y miedo que pretende dejar a los ciudadanos sin capacidad de reaccionar. Pero si no somos culpables, podemos blindarnos ante el miedo, es decir, como indicó Ivan Klima, "un notable intelectual checo que sufrió no solo la represión nazi, con su internamiento en un campo de concentración, sino también la estalinista, que prohibió sus obras y le impidió ejercer como escritor", podemos utilizar el miedo como "educador y heraldo de los cambios". Dignidad humana.

     Durante un tiempo confiamos en el gobierno como representante nuestro -no nos iba demasiado mal- pero ahora que el gobierno ha abdicado de sus obligaciones y se ha vendido a quienes defienden a las élites, estamos aprendiendo que somos responsables de nuestro futuro.

     La ciudadanía está practicando la solidaridad y la empatía, al mismo tiempo que participa en manifestaciones de protesta, practica la desobediencia civil y está buscando alternativas. El grado de partcipación de cada uno de sus miembros está relacionado con la libertad, la responsabilidad y, por tanto, su grado de dignidad humana. Sin embargo, es cierto que el futuro dependerá del número de "heraldos de los cambios" que están intentando que la economía esté subordinada a la democracia y no al revés.

     NOTA. Los párrafos entrecomillados pertenecen al libro de Joaquín Estefanía, La economía del miedo, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, Barcelona, 2011, págs. 44-45 y 15, respectivamente.

viernes, 19 de abril de 2013

Declaraciones de la directora del FMI

     La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, "en el discurso en el que marca la agenda de la cumbre del Fondo Monetario Internacional", dijo algunas cosas que considero obligado comentar.

     Lagarde dijo: "Se han hecho muchas cosas en el último año, pero queda aún mucho por hacer". Y, refiriéndose a los países de la periferia, como España, indicó, primero, que "muchos bancos están aún en una fase temprana de saneamiento" y, después, que era prioritario "limpiar el sistema por la vía de la recapitalización de los bancos con problemas".

     Sin duda, "se han hecho muchas cosas en el último año": se ha desmantelado la sanidad pública, la educación pública, se han echado de su casa a muchas familias que no podían pagar la hipoteca porque todos sus miembros habían quedado en paro, hay muchos niños y niñas que pasan hambre, personas que han fallecido por no tener dinero para pagar los medicamentos, etc. etc.  Según un artículo de opinión aparecido en la prensa, "Los indicadores sobre la proporción de hogares que no reciben remuneraciones de mercado de trabajo, prestaciones por desempleo o de la Seguridad Social, que regularmente ofrece la Encuesta de Población Activa, alcanzaron su máximo histórico hace más de un año y no han dejado de crecer desde entonces". (No se está hablando de caprichos sino de derechos humanos. ¿Hay alguien en el FMI que haya leído la Declaración Universal de Derechos Humanos?)

    Pero, según Lagarde, "queda aún mucho por hacer"; "muchos bancos están aún en una fase temprana de saneamiento"; y "la prioridad es limpiar el sistema para recapitalizar los bancos con problemas". Es decir, para la directora del FMI, los verdaderos causantes de la crisis, es decir, los bancos, son más importantes que los ciudadanos.

     Sin embargo, hay, al menos, dos cosas que Lagarde no ha mencionado en su discurso.

     En primer lugar.  ¿Qué razones hay -o había- para que el FMI decidiera "sanear" los bancos, que no se habían comportado como debían, con el dinero de los ciudadanos que menos dinero tienen, o tenían?  Los ciudadanos sabemos - y probablemente también lo saben los economistas del FMI- que había otras soluciones, incluso dejar morir los bancos "enfermos". (Es más humano que muera un banco que una persona).

     En segundo lugar. ¿Cuándo ha explicado a los ciudadanos esas razones? El FMI -y también nuestros representantes- deben saber que estamos en una democracia y que, como dice el premio Nobel de Economía, Amartya Sen, la democracia va más allá de la representación política: es una forma de gobierno que implica la protección de los derechos y libertades de los individuos, el acceso a las prestaciones sociales y el derecho a acceder a la información para participar activamente en la deliberación pública.

     En lugar de informar a la ciudadanía, lo que ha hecho el FMI es anunciar toda clase de males si no se obedecía sus indicaciones: está instalando la "economía del miedo", porque sabe que el miedo siempre ha sido un fiel aliado del poder y un arma de dominación política.

     Ante esta situación, la ciudadanía -en nombre de todos los que el FMI ha condenado- debe no tener miedo al miedo, seguir practicando la solidaridad y la empatía, y exigir que cese el pago de una deuda que no es suya. Queremos "acceder a la información y participar activamente en la deliberación pública".

martes, 16 de abril de 2013

Conocimiento como mercancía y conocimiento como bien común

     El ser humano es, por naturaleza, creador. En estos momentos, al lado de sectores que compran conocimientos para enriquecerse, existen colectivos que encuentran una gran satisfacción compartiendo conocimientos que pueden mejorar la vida de las personas.

    Como ejemplo de estos últimos se puede citar a los investigadores del instituto de biotecnología CAMBIA. A estos investigadores preocupa que "las patentes en manos de multinacionales como Monsanto están poniendo en peligro a miles de millones de personas que no pueden pagar las licencias para explotar semillas genéticamente modificadas". (Ahora Monsanto pretende patentar los genes de variedades de semillas de verduras y frutas habituales. Ello supone poner en manos de esta empresa las llaves de la despensa de la Humanidad). "De modo que los investigadores de CAMBIA que trabajan buscando soluciones para los desafíos de seguridad alimentaria y productividad agrícola publican los resultados que obtienen con licencia BIOS (Biological Open Source), similar al tipo de licencias utilizadas por Linux y otros proyectos de software libre". "De este modo, consiguen implicar una mayor cantidad de científicos de talento en el proceso de conseguir soluciones para los agricultores". (D. Tapscott y A. D. Williams, Wikinomics: la nueva economía de las multitudes inteligentes, pág. 24, consultado en googlebooks)

     En el lado opuesto, existen empresas cibernéticas dedicadas a comerciar con el conocimiento. A ellas acuden algunas de las compañías más importantes del mundo en busca de ideas, inventos no desarrollados por su plantilla de investigadores y que, al final, pueden aumentar su cifra de negocios. J. Rifkin en la página 521 de su libro La civilización empática,  indica que Procter&Gamble "espera conseguir [por este procedimiento] el 50% de sus nuevas ideas y servicios".

     En la introducción de ese libro, J. Rifkin escribe: "nos hallamos en la cima de una transición importantísima (...) hacia un replanteamiento básico en este planeta". Y añade: "Quizá la cuestión más importante a la que se enfrenta la humanidad es si podremos lograr la empatía global a tiempo para salvar la Tierra y evitar el derrumbe de la civilización".

lunes, 15 de abril de 2013

Democracia y sabiduría de las multitudes

     Según Natalie Evans, subdirectora del centro de investigación británico Policy Exchange, ahora contamos con la tecnología para llegar a una enorme cantidad de talento e ideas del público en general de una manera que, simplemente, antes no era posible"; y añade, "esto puede ser particularmente importante cuando hay que tomar decisiones difíciles, por ejemplo, para la reducción del gasto público".

     Anthony Williams, co-autor de Wikinomics,  abunda en la misma idea. Según él, la colaboración masiva ha cambiado todo; los ejemplos están por todas partes. Los sistemas operativos abiertos, como Linux, se escriben y mejoran por los usuarios. "La apertura de un problema a la opinión pública, más allá de un pequeño grupo de trabajadores, puede traer enormes beneficios. Y no sólo pasa en las empresas, también es aplicable al gobierno".

     Todo lo anterior lleva a la conveniencia de modificar el tipo de gobierno que se practica, en la actualidad, en un gran número de lugares. Si se piensa un poco, la democracia representativa es un insulto a los ciudadanos, lo mismo que la no aceptación del voto femenino o, antes, de los esclavos, fue un insulto a esos colectivos a los que se negaba su pertenencia a la especie humana.

     ¿Quién ha decidido que el sector financiero carezca de regulación y que sus desmanes sean pagados por los ciudadanos? y ¿quién ha decidido el tipo de rescate que se está llevando a cabo? Todo ha sido decidido por unas instituciones supranacionales totalmente ademocráticas?  Según el vigente sistema, los ciudadanos solo están para obedecer, se les niega la capacidad de pensar, de dialogar y, entre todos,  decidir sobre sus propias vidas.

     El premio Nobel de Economía, Amartya Sen, considerado, por sus compañeros, como la "conciencia de la profesión", en el prefacio de su libro La idea de la justicia, dice que "la democracia debe juzgarse no solo por las instituciones formalmente existentes sino también por el punto hasta el cual pueden ser realmente escuchadas voces diferentes de sectores distintos del pueblo".  Lo cual, según él, conduce a un "entendimiento de la democracia como el gobierno por discusión".

     La idea de un gobierno por discusión es ampliamente aceptada por la filosofía política contemporánea y,  de forma distinta, ha empezado a practicarse en algunas partes. La idea ha calado, pienso, que en un sector importante de la sociedad española, puesto que ha dado lugar al nacimiento de un nuevo partido político, Partido X o Partido del Futuro.

    Es curioso destacar cómo Erich Fromm, en su libro La revolución de la esperanza, mencionaba la necesidad de humanizar la sociedad tecnológica.   Según él un paso imprescindible para llevar a cabo ese proceso de humanización de la sociedad tecnológica era la participación del ciudadano en las decisiones políticas y tras describir como podía armonizarse esa participación indicaba que para ello serían muy útiles las técnicas de la información y comunicación. (Cuando Fromm escribió sus libros todavía no habían aparecido los redes sociales, técnicas peer-to-peer o P2P)

     

miércoles, 10 de abril de 2013

¿Cuándo una decisión colectiva es más sabia que una individual?

     Dados los frutos que para la humanidad puede proporcionar la "sabiduría de las multitudes", es importante señalar qué circunstancias deben concurrir para que las decisiones colectivas de un grupo de personas sean más sabias, mejores, que las alcanzadas individualmente por cada uno de sus miembros.

     En primer lugar, en el grupo debe darse una diversidad de opiniones. Cada uno mantiene su opinión particular, por muy disparatada que, en un principio, pueda parecer. Cada uno manifiesta lo que realmente piensa. En este sentido, es necesario, por un lado, que los grupos no sean pequeños u homogéneos, y, por otro, que la información producida por cualquier miembro sea accesible a todos en igualdad de condiciones.

     La independencia permite que la opinión de cualquiera no esté determinada por la opinión de los demás miembros del grupo. Una persona independiente es más probable que aporte datos nuevos, en vez de facilitar información conocida por todos; y, por otra parte, un error individual no perjudica la toma de decisiones, salvo que todos apunten en la misma dirección. Una de las claves para el éxito de las decisiones colectivas es conseguir que los participantes no presten atención a los que se está diciendo: "todo el mundo dice".

     Es necesario un cierto grado de descentralización que permita la existencia de subgrupos  especiales dentro del colectivo. Muchas decisiones importantes son tomadas por los individuos basándose en un conocimiento local y específico.

     Para que un grupo tome decisiones inteligentes, cada uno de sus miembros  debe de pensar individualmente con la información disponible y, después, compartir su opinión con el resto de los miembros para enriquecerse mutuamente; cada persona conserva su propia identidad y sus propias ideas, que toman forma y se ven influidas por las aportaciones de los otros.

     Las redes sociales hacen posible la conexión y la coordinación entre las personas sin necesidad de que nadie sea el jefe. Cuando se agrupa una multitud de sujetos independientes, preocupados por un mismo problema, no dirigidos por un superior, se obtienen soluciones mejores que cualquier otro tipo de organización. 

     Para James Surowieke, autor de Cien mejor que uno. La sabiduría de la multitud o por qué la mayoría es más inteligente que la minoría (Urano, Barcelona, 2004), "estamos programados para ser colectivamente inteligentes".

     No es que, de repente, haya surgido ese tipo de sabiduría (es muy importante distinguir entre inteligencia y sabiduría) es que ahora tenemos unas técnicas que permiten ese diálogo. El concepto está relacionado con las teorías de Elinor Ostrom y su modelo social de la "elección pública", con el descubrimiento de las neuronas espejo,  con la idea de justicia (expuesta por Amartya Sen, La idea de justicia), con el concepto de capital social, abre el camino hacia una "cooperación social próspera y pacífica" y puede suponer una ruptura con el modelo social, individualista y racional, base del vigente sistema económico.

     NOTA. Una parte muy importante de lo aquí indicado procede de www.iniciativasocial.net.

lunes, 8 de abril de 2013

Sabiduría de las multitudes

     Ante cualquier problema solemos pensar que nadie mejor que un experto: consideramos que solo una persona con experiencia y conocimientos es capaz de emitir juicios correctos. Sin embargo, hay evidencias de que las decisiones tomadas colectivamente por un grupo de personas suelen más atinadas que las decisiones tomadas siguiendo la opinión de un experto.

     En un libro titulado La sabiduría de las multitudes, su autor, James Surowiecki, explica cómo funciona la "inteligencia colectiva" y presenta una serie de ejemplos y anécdotas que apoyan la tesis de la superioridad de la misma.

     Aunque este hecho fue puesto de manifiesto antes de que las TIC (Técnicas de la Información y de la Comunicación) dieran nacimiento a lo que Jeremy Rifkin, en su libro La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis, llama "informática distributiba" (conocida también con los nombres de "informática en malla" o "computación distributiva"), es ahora cuando está adquiriendo verdadera importancia esta "sabiduría de las multitudes", gracias a los recientes adelantos técnicos.

     Según Rifkin, "una de las primeras compañías en aprovechar la potencia de la sabiduría colectiva" fue una pequeña empresa minera dedicada a la extracción de oro; Goldcorp, con sede en Toronto (Canadá). La compañía se enfrentaba ante graves problemas financieros, se encontraba "al borde de la insolvencia", cuando su director ejecutivo, después de matricularse en un seminario en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, que se centró en el uso de Linux, una red de código abierto en la que miles de programadores ofrecen su tiempo libre para ayudar a corregir los problemas del código software, se le ocurrió "subir a la web todos los datos geológicos de su compañía" y preguntar a "los usuarios del mundo entero dónde era probable encontrar oro". Para hacer atractivo el proyecto, ofreció 575.000 dólares de recompensa a los mejores métodos de prospección y a las estimaciones más acertadas sobre la ubicación de los depósitos. "En la tarea participaron geólogos, pero también matemáticos, personal militar y estudiantes de disciplinas diversas". Los resultados fueron sorprendentes: se identificaron muchas ubicaciones que no habían sido identificadas por los geólogos de la compañía y que produjeron grandes cantidades de oro.

     Según un artículo publicado por la BBC, ¿Hay que confiar en la sabiduría de la multitud?, "tanto el gobierno británico como la firma British Petroleum (BP) han pedido recientemente a los ciudadanos ayuda para resolver sus problemas"

     En relación con el gobierno británico, indica que "el ministro de Finanzas del Reino Unido, George Osborne, pidió consejo para recortar el enorme déficit presupuestario, mientras que el viceprimer ministro, Nick Clegg, quiere que los ciudadanos identifiquen leyes que les parezcan una tontería."

     En cuanto a la firma BP indica que "BP hizo un llamado para obtener ideas sobre cómo detener el derrame de petróleo del Deepwater Horizon en el Golf de México, después de que sus soluciones no consiguieran controlarlo". "Hasta ahora" -el artículo fue publicado en 2010- la llamada de socorro de BP "ha dado lugar a más de 20.000 sugerencias".

     Interesa conocer las condiciones que se deben dar para que funcione la sabiduría de las multitudes. La colaboración masiva de personas con una amplia gama de habilidades y sensibilidades puede ser de gran utilidad para las empresas y los gobiernos y, es de esperar, que para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

viernes, 5 de abril de 2013

Obstaculizando el avance científico

     Existen múltiples ejemplos que demuestran que la consideración del conocimiento como mercancía y su consiguiente  privatización constituye un obstáculo a su avance. Solo un ejemplo: el Proyecto Genoma Humano, que ha significado avances muy importantes en medicina.

     En palabras de John Sulston, premio Nobel de Medicina 2002, uno de los principales responsables del Proyecto público y un firme opositor a su competidor privado, la compañía Celera, dirigida por el investigador y empresario estadounidense Craig Venter, "el Proyecto Genoma Humano en manos privadas habría paralizado la investigación debido a las claúsulas de confidencialidad de datos que pretendía imponer".

     En una entrevista, publicada en el diario El País (10 de mayo de 2003), John Sulston explicó las razones por las que opinaba así. La primera razón es que, si esta información básica tan importante hubiera estado en una base de datos privada, solo hubieran podido acceder a ella los centros de investigación que tuvieran suficiente dinero, es decir, los norteamericanos y los países europeos mejor financiados.  La segunda razón se refiere al hecho de que "si se tiene una base privada, se tiene que hacer contratos individuales por cada cliente y el cliente se compromete por escrito a no comunicar los datos a nadie. Esto quizás pueda funcionar bien en algunas áreas, pero los datos genómicos son tan básicos y complejos que los investigadores que hubieran firmado con Celera no hubieran podido publicar ningún resultado de su trabajo, puesto que el artículo sería inaceptable sin los datos protegidos por el contrato".

     En esa misma entrevista, John Sulston dijo otras cosas que, desde mi punto de vista, es oportuno comentar porque se refieren a la conversión en mercancías de todos los productos y actividades humanas (el conocimiento es uno de  ellos). A la pregunta del periodista de si siente nostalgia de los años sesenta -todavía no se había creado la OMC- contesta:

     "Bueno, soy de las personas que piensan que, en las últimas décadas, hemos puesto demasiado énfasis en la privado, en la ambición personal de hacer dinero, a expensas del bien público.  Necesitamos un equilibrio entre estas dos formas sociales, pero desde los sesenta la balanza se ha inclinado demasiado hacia el sector privado: los impuestos a las empresas se han reducido drásticamente, y la gente es estimulada desde muy joven a ganar todo el dinero posible. Poca gente dice a los jóvenes que también es bueno trabajar para el bien común."

     "La globalización de la codicia ha superado mucho a la de la democracia y la justicia. Nuestro comportamiento internacional es muy primitivo, y esa es la razón de las grandes disparidades de riqueza y, último término, del miedo y de la inseguridad en que vivimos".

     "El comportamiento de las grandes empresas y la consideraión por parte de la OMC de actividades y productos han contaminado el comportamiento de las personas y sociedades".

    

jueves, 4 de abril de 2013

Problemas de la propaganda

     En una entrada anterior, indiqué que la técnociencia, practicada en los laboratorios de grandes empresas y bastantes universidades dentro del actual sistema económico, no tiene por objetivo aumentar la calidad de vida de las personas, sino que se dirige hacia aquellas aplicaciones que "las  empresas consideran que, con una adecuada propaganda, pueden proporcionar mayores ganancias"

     Entonces, recordé un artículo periodístico, Cuéntame un cuento/ y 3, escrito en 2008 por el sociólogo José Vidal Beneyto que fue director del Colegio de Altos Estudios Europeos Miguel Servet dependiente de la UNESCO. En ese artículo, Vidal Beneyto aborda el tema de la "transformación de la práctica informativa en propaganda directa, en industria de la mentira, al servicio de los poderes económico-políticos".  Puesto que esa transformación sigue vigente, me ha parecido oportuno mencionar los ejemplos citados en ese artículo, según Vidal Beneyto, ejemplos de campañas inspiradas y organizadas por "Edward Bernays, sobrino de Freud emigrado a Estados Unidos y venerado como padre fundador de las relaciones públicas".

     Un ejemplo se refiere a la campaña "promovida por General Motors, Firestone y Standard Oil para acabar con los tranvías en las ciudades americanas y sustituir su transporte por autobuses y coches particulares. Con éxito total".  Otra es "la que tuvo como objetivo que las mujeres pudieran fumar en público, pagada por American Tobacco, que en menos de 18 meses duplicó el uso del cigarrillo en EE. UU".  Y, la última, "la que puso en marcha la Oregonians Food & Shelter Association oponiéndose a la limitación de los productos químicos en agricultura, que supuso desde el primer año para las sociedades Chevron Chemical, Dupont y Western Agricultural Chemicals un  aumento de más de 80% de sus beneficios".

     Para terminar, escribe Vidal Beneyto: "¿Cómo es posible, se preguntan Noam Chomsky y Edward S. Herman en Manufacturing Consent que un genocidio de tal magnitud haya quedado impune? Y, ¿cómo es posible, me pregunto yo, que su cómplice intelectual [Edwards Bernays] siga siendo honrado en tantas escuelas de relaciones públicas, comercio y publicidad?".

     Ahora, vistas las consecuencias, en Occidente, si intenta disminuir el número de coches que circulan por las ciudades promocionando el uso de la bicicleta; se ha firmado un Tratado Antitabaco -a pesar de la de la presión en contra ejercida por la industria del tabaco-; y  se ha regulado el uso de productos químicos en agricultura, al mismo tiempo quela agricultura ecológica está experimentando un gran auge.

     En este escenario, las tabacaleras han dirigido se actividad propagandística hacia los países del Tercer Mundo y las grandes agroindustrias se han trasladado a países con escasa o nula legislación medioambiental, ocasionando graves problemas de salud. Todo lo anterior aunque, como decía Vidal Beneyto, "el marketing y sus técnicas no autorizan el asesinato ni pueden justificar las matanzas".

martes, 2 de abril de 2013

Las patentes

     Las patentes -de invención- son el mecanismo a través del cual la Organización Mundial de Comercio (OMC)  convierte el conocimiento en mercancía. Como todos sabemos, una patente es un título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva una invención, impidiendo su utilización sin consentimiento del titular.

     Según los defensores del sistema, con la concesión de una patente, al compensar al autor del invento, se promueven la creatividad y el desarrollo científico y técnico, lo que, según ellos, supone aumentar la calidad de vida de toda la humanidad. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

      La conversión del conocimiento en una mercancía ha conducido a lo que se ha dado en llamar tecnociencia, protagonizada por grandes empresas, interesadas única y exclusivamente, por las ganancias económicas. La experiencia ha puesto de manifiesto que hay invenciones que podrían mejorar la calidad de vida de las personas, pero que no llegan al mercado debido a que la patente es comprada -y a continuación escondida- por otra empresa que considera que su desarrollo puede disminuir sus ganancias. Para empezar se puede pensar en las energías renovables y las empresas petroleras.

     Otro importante problema está relacionado con el tiempo de vigencia de la patente: veinte años. Ello significa que durante veinte años -prácticamente todo el tiempo de vigencia de la invención- la empresa funciona en régimen de monopolio, lo que permite que el precio de producto bajo patente sea más elevado de lo razonable.
     Existen muchas razones por las cuales el sistema actual de patentes tiene desventajas muy grandes, sobre todo si se trata de conocimientos relacionados con la salud, por cuento la salud es un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero no solo eso: ¿qué se puede pensar de una empresa como Monsanto y el desarrollo de semillas genéticamente modificadas para que sean estériles, en contra de la que Naturaleza ha establecido para asegurar la vida de los seres vivos que habitan la Tierra: si se quieren alimentos, año tras año, deberán comprarse nuevas semillas?

     El tema de las patentes ya ha sido abordado, en este blog, en una entrada anterior, así como el robo (biopiratería), para la posterior solicitud de una patente, de conocimientos pertenecientes a quienes consideran que el conocimiento es un bien común.  ¿Cómo calificar a un sistema económico que, además de permitir ese robo, pone por encima de todo el aumento de las ganancias económicas de las grandes empresas?