El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.


miércoles, 30 de octubre de 2013

Juguetes para entretener a los ciudadanos

     Hace unos días, en una entrada titulada La tercera Revolución Industrial, mencionaba que los logros de esta Revolución no se estaban utilizando para mejorar la situación de los ciudadanos, sino para fabricar juguetes para su entretenimiento.

     El objetivo principal de esa entrada era poner de manifiesto hasta qué punto el sistema económico en el que estamos inmersos intenta tener sometidos a los ciudadanos, a la sociedad civil. Desde su inicio este sistema ha despreciado la democracia: todas las instituciones, que rigen sus actuaciones, son ademocráticas y totalmente opacas.

     ¿Cómo silenciar a los ciudadanos? Una buena forma es evitando que tengan tiempo para pensar; anulando su creatividad. Al sistema no le preocupa el ejercicio por parte de los ciudadanos de actos de  solidaridad y empatía, pues, en parte les favorece al evitar lo que podrían ser peligrosas revueltas. No indico que la solidaridad y empatía no sean necesarias: son imprescindibles, sin embargo, por dignidad y responsabilidad humanas deben de ir acompañadas de creatividad, pensamiento crítico, lucha a favor de propuestas alternativas,... todo ello en busca de un mundo distinto, más humano, justo y sostenible.

     En las revoluciones industriales anteriores, tuvo lugar una disminución del horario laboral, al mismo tiempo, que se creaban puestos de trabajo en otros sectores. En la segunda revolución industrial, a alguien se le ocurrió, para dar salida a la enorme cantidad de productos fabricados, elevar los salarios con el objetivo de, a través de unas muy pensadas campañas de propaganda, convetir a los ciudadanos en consumidores.  Ahora, gran parte de los ciudadanos no tienen ni trabajo ni dinero, pero todavía no han aprendido a desprenderse de la coraza  del consumismo, a pesar de la multitud de expertos que indican que la felicidad no está ahí.

     ¿Cómo evitar que los ciudadanos empiecen a pensar? Si no es posible tenerles trabajando todo el tiempo, lo mejor es proporcionarles atractivos juguetes para el tiempo libre. Como el ser humano es un ser sociable, puede ser adecuado un robot o una  maquinita que le tenga siempre "conectado", a pesar de que esa conexión en la mayor parte de los casos hace imposible entablar verdaderos intercambios sobre temas importantes.

     ¿Cómo se explica que el IVA para una revista pornográfica sea del 4%, para el fútbol del 10% y para cualquier actividad cultural del 21%? (Cito de memoria pero no creo confundirme) No interesa que los jóvenes piensen.  Sin embargo, el ser humano no es domesticable; se puede domesticar a alguno, a veces, a muchos, pero nunca a todos.

2 comentarios:

Camino a Gaia dijo...

De la misma manera que tener mucha comida no nos ha llevado a estar mejor alimentados, estar rodeados de mucha información no nos ha llevado a estar mejor informados.
Un saludo

Juliana Luisa dijo...

Tienes razón. Tenemos que aprender a ser selectivos, para tener tiempo para pensar y actuar. En caso contrario, dejanos de ser humanos, para convertirnos en inútiles robots: nunca seremos incapaces de asimilar tanta información como ellos. Desde ese punto de vista, estoy de acuerdo con Erich Fromm cuando aconseja la formación de grupos (http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2013/01/humanizar-la-sociedad-tecnologica.html)
Muchas gracias por tu comentario; siempre me hace pensar.
Un saludo