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sábado, 20 de febrero de 2016

En secreto

      Teóricamente estamos en democracia, pero, desde que se instauró el actual sistema económico-social, como afirma Jeans Ziegler, ex Relator de Naciones Unidad para la alimentación, en su libro El imperio de la vergüenza, "Asistimos a la vuelta del mundo al sistema  feudal. Este nuevo poder feudal tiene el rostro de las empresas multinacionales privadas".
     Por ejemplo, hace unos días me enteré que, además del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP,en sus siglas en inglés), también se está gestando en secreto un Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios (TISA, siglas también en inglés) No hace falta ser Einstein para adivinar que ambos Acuerdos están pensado para beneficias a las grandes empresas internacionales.
     La periodista Soledad Gallego-Díaz, en un artículo titulado Peligro: se negocian Tratados, indica; "En el caso del TTIP asombra que no exista un estudio serio sobre las consecuencias que tendría para las pequeñas y medianas empresas españolas, incluidas las agrícolas, que dan empleo, pero que o no exportan o lo hacen al mercado europeo, sin competir con las enormes empresas norteamericanas".
     Tanto el TTIP como el TISA pretenden sustituir a la fracasada Organización Mundial de Comercio (OMC). Los objetivos del TISA son los mismos, a veces ampliados, que perseguía el Acuerdo General sobre el Comercio de  Servicios (AGCS) de la OMC.
     Para Pablo Sánchez, responsable de comunicación de la Federación de Sindicatos de Servicios Públicos (EPSU), el objetivo es "asegurarse de que todos servicios los puedan ser negociables, en especial aquellos que hoy son percibidos como servicios públicos. Se trata de vaciar de contenido la definición de servicio público." (Fuente: http://www.attac.es/2014/07/05/acuerdo-sobre-el-comercio-de-servicios-tisa/)
     No solo está en juego la privatización. Lo que verdaderamente se intenta es, a través de un mecanismo de arbitraje internacional, como en el caso del TTIP, garantizar la imposibilidad de una marcha atrás,es decir, impedir que se renacionalice o se remunicipalicen servicios que fueron privatizados, dados en concesión a 20 o 25 años o en colaboración público-privada. Da igual que un Gobierno posterior quiera extender servicios públicos. ¿Es eso democracia?
     Lo poco que se sabe sobre este tema se debe a Wikileaks y a un papel fijando la posición de la Comisión Europea de hace dos años.
     Como decía Jeans Ziegler en el libro indicado al principio "hoy han aparecido nuevos sistemas feudales infinitamente más poderosos, más cínicos, más brutales y más astutos que los antiguos."

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