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lunes, 28 de marzo de 2016

¿Regular el sistema financiero?


            “La tasa  Tobin europea está en la UVI, amenazada de muerte, Y con ello languidece la esperanza de contrarrestar la especulación financiera superveloz a la que debería gravar. Y de paso recaudar algún dinero que compense el excesivo peso de la fiscalidad sobre la economía real,… (...)  Quedan tres meses para salvarla y ponerla en marcha. Así lo decidieron oficialmente los  10 ministros de Finanzas …. (...) En realidad, lo que decidieron fue arrastrar penosamente los pies otro trimestre, cuando en diciembre ya habían optado por darle un fuerte tijeretazo. (...)  Igual que Luigi Pirandello retrató a Seis personajes en busca de un autor aquí hay 10 Gobiernos a la caza de excusa para renegar de sus promesas. (...)  Mientras, China se propone instaurarla para acabar con la especulación del yuan y moderar las fugas de capital. Y los candidatos demócratas de EE UU  siguen sus pasos. Hillary Clinton, en más suave, Bernie Sanders, en más duro”.  (Xavier Vidal-Folch, “La ‘tasa de Tobin’ en la UVI”, El País, 24 de marzo de 2016)

 Por otra parte, Ha-Joon  Chang, en 2014, uno de los economistas heterodoxos más reconocidos del mundo, autor, entre otros, de  Economía para el 99% de la población  (2015, Barcelona, Penguin Random House) en su capítulo 8  afirma que “las firmas financieras se ha especializado en generar elevados beneficios para sí mismas”.  “Cuando la burbuja estalla, estas firmas utilizan hábilmente su peso económico y su influencia política para ser rescatadas y obtener subvenciones de las arcas públicas, que luego deben ser vueltas a llenar por los ciudadanos de a pie a fuerza de aumentos de los impuestos y recortes del gasto público.  Este escenario se ha desarrollado a una escala gargantuesta desde la crisis financiera mundial de 2008, pero ya se había repetido docena de veces a escalas más pequeñas en todo el mundo –Chile, Estados Unidos. Suecia, Malasia, Rusia, Brasil y un sin de países- en las últimas tres décadas. (...) A   menos que regulemos nuestro sistema financiero de una manera más estricta, veremos repetirse esas crisis. Tenemos que recuperar e incluso fortalecer muchas de las regulaciones que ha sido debilitadas o abolidas desde los años ochenta”.

¿Qué les pasa a los ministros de Finanzas de la Unión Europea? ¿No les preocupa otra crisis financiera?  Quizás es falta de empatía, solidaridad y responsabilidad: ellos no sufrieron los recortes del gasto público y probablemente nunca se han sentido responsables del bienestar de los ciudadanos.


 En el prólogo de ese libro, dice Ha-Joon Chang: “Intento explicar cómo pensar en vez de decirles qué pensar”.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Búsqueda de una fómula legal que avale un crimen contra la Humanidad

“Bruselas presentará una fórmula  legal que avale expulsar a sirios”. Es el título de una noticia aparecida hace unos días.
No voy a decir lo que ustedes saben sobre la forma cómo la Unión Europea está haciendo frente al tema de los refugiados.  En estos momentos, me asusta ese retorcer la legalidad internacional y pretender que lo que va hacer, un crimen, parezca una medida perfectamente democrática y orientada al bien común.  No le resultará difícil interpretar a su antojo el derecho internacional. A partir de ahora, ¿para qué un derecho internacional  que cada uno puede interpretar según le convenga?  
Nuestros dirigentes políticos han encontrado una forma legal para obrar en contra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pero eso no les exime de culpa.
Me reconforta conocer todas las iniciativas que, continuamente, se llevan a cabo a favor de los refugiados, iniciativas que exigen respuestas humanas y no políticas.  En Francia, 800 artistas y escritores lanzaron hace cuatro meses una petición que instaba a las autoridades a encontrar una solución. El lunes  -creo que el 14 de marzo- publicaron una segunda tribuna en el diario Libération, dirigida al Gobierno francés, que ha empezado a desmantelar el campo de Calais. “no queda otro remedio que constatar que nuestra llamada fracasó. Intentábamos hacernos escuchar y ustedes han permanecido sordos. Peor aún: han utilizado la fuerza. El fracaso es total”, decía el texto.
La UNHCR, agencia de Naciones Unidas para los refugiados, se ha sumado a la movilización de los artistas –cultura mundial- publicando una lista de 200 refugiados célebres: pintores, compositores, escritores, fotógrafos actrices, cantantes, músicos, … Ciudadanos de distintos países se han ofrecido a ayudar, pero….  
NOTA. Acabo de recibir por la siguiente información (Twiter 21-marzo-2016): “Han expulsado a todas las ONGs de voluntarios. No querían testigos. Han evacuado el campo de Muria en Lesbos en 24 H. Los antidisturbios  y policía con altavoces han ordenado el desalojo de todos los refugiados, los trasladan asustados, mojados  y a empujones a Kavala para ser deportados con Ferry a Turquía.  Hoy es el día más vergonzoso para la Humanidad desde la Segunda Guerra Mundial”.

martes, 22 de marzo de 2016

Construyendo cultura



Esta “píldora para pensar” está relacionada con otra dedicada a la gestión del agua en el municipio de Nápoles que publiqué el18 de febrero de este año. En ambos casos, se trata de la gestión de un bien común. El bien común, en este caso, es la cultura.

Todo surgió cuando el Ayuntamiento de Madrid distribuyó  unos folletos propagandísticos cuyo título era “Construyendo cultura”

Como ya se ha en varias ocasiones una muy importante característica del imperante sistema económico-social es la conversión de todas las actividades humanas en mercancía.  La cultura, como el conocimiento, se ha convertido en una mercancía, en un objeto de consumo, y como tal consumo lleva implícito su correspondiente  IVA. En este sistema, el ser humano  ha sido reducido a la condición de hombre unidimensional portador de intereses económicos como único horizonte de realización personal. 

No hay que confundir democratizar la cultura con democracia cultural. En el primer caso, los ciudadanos tienen la condición de espectador y consumidor En la democracia cultural  los ciudadanos son parte activa, participan de forma activa en la actividad cultural.

En el blogs.elpais.com Alternativas, Ruben Caravaca, dinamizador y comunicador cultural explica que, cuando Jorge Díaz Castaño –concejal del distrito Centro-  impulsó el proyecto ciudadano  “Construyendo cultura”   había realizado simultáneamente una apuesta política y una apuesta de confianza. “La posibilidad de que la ciudadanía cogestione  contenidos y recursos culturales es fruto de una confianza ganada, no regalada (,,,)  es una prueba de que la ciudadanía sabe y puede gestionar directamente [un bien común]”. “El Ayuntamiento solo da los pasos para que sea posible”.

 Es lo mismo que hizo el alcalde de Nápoles con el suministro del agua. Conviene recordar lo que dijo este alcalde y quizás, sin darse cuenta, pensó Jorge Garcia Castaño:  “La sociedad está en una encrucijada: o bien vamos a una sociedad de exclusión de los ciudadanos fuera del espacio público, o bien vamos hacia una sociedad de plena participación activa en el gobierno de los comunes. No hay una vía intermedia. Conviene romper con la posición de espera que hasta ahora ha prevalecido”,

En el caso concreto de la iniciativa “Construyendo cultura”, considero oportuno recordar un libro de Erich Fromm, destacado psicoanalista, psicólogo social y filósofo, que, según todos los estudiosos, ha ejercido una gran influencia en el pensamiento contemporáneo,   La revolución de la esperanza. Hacia una tecnología humanizada (1970, México, Fondo de Cultura Económica). En el prólogo Fromm indica que el tema central del libro gira alrededor de “las alternativas a la deshumanización”. En el inicio del primer capítulo (1970.13) indica: “Un espectro anda al acceso entre nosotros y solo unos pocos lo han visto con claridad. (…) una sociedad completamente mecanizada, dedicada a la máxima producción y al máximo consumo (…)  el hombre mismo, bien alimentado y divertido, aunque pasivo, apagado y poco sentimental, está siendo transformado en una parte de la maquinaria total”. Para humanizar la, que él llama, “sociedad tecnológica” menciona la necesidad de pasar,  en todas las facetas de la vida, de una actitud pasiva a una activa.

Por ejemplo, ¿se han dado cuenta de la prevalencia del deporte como espectáculo, que  las personas contemplan de forma pasiva?   El sistema persigue la pasividad; pasividad que, como ya ha dicho, lleva a la destrucción de la componente humana de los ciudadanos. Para recuperar esa componente humana  es necesario pasar de una actitud pasiva a una activa;  en el caso de la cultura, “construyendo cultura”.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Ciudadanos del mundo. Aporofobia

En la “píldora para pensar” anterior indiqué la dificultad que Enrique Lagos encontraba a hora de constituirse un mundo coral, protagonizado por ciudadanos del mundo:  ¿cómo se puede vivir, convivir, en un mundo interconectado con ideologías diversas, con religiones distintas, …? Para resolver ese problema, Ricardo Lagos apelaba al diálogo.
Adela Cortina, catedrática de Ética en la Universidad de Valencia, en su libro Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía (Madrid, Alianza Editorial, 1997) indica, en coherencia con Ricardo Lagos, la importancia, no del respeto, sino del diálogo entre culturas,  “Un diálogo”, señala Adela Cortina, “ que, al decir de Huntington, viene exigido por el deseo de supervivencia: por el deseo de evitar futuras guerras mundiales. Recordemos que, según él [Hutington], la fuente fundamental de conflictos en el futuro será cultural, que tales conflictos  tendrán lugar entre grupos de diversas civilizaciones, porque las mayores diferencias que existen entre los grupos humanos son –a su juicio- las diferencias de civilización”. (Samuel P. Huntington, El choque de civilizaciones, Barcelona, Paidós, 1997. Citado por Adela Cortina, 1997.220)
Posteriormente muchos autores han criticado esta tesis de Huntington; piensan que la mayor parte de la Humanidad prefiere coexistir amigablemente. En contraposición a la teoría del choque de civilizaciones, el presidente de Irán, Mohammed  Jatami, propuso, en 1998, la idea del “diálogo entre civilizaciones”. El término cobró fama después de que la ONU adoptara una resolución con ese nombre para promulgar  2001 como año del diálogo entre civilizaciones. Actualmente hay  varias organizaciones internacionales directa e indirectamente implicadas en el apoyo a este término.
Según Adela Cortina (1997.221), “Partir de unos mínimos de justicia, compartidos por distintos Estados, partir de lo que tienen ya en común las diferentes culturas, los diferentes credos religiosos, sería un buen camino para construir esa paz duradera soñada desde mucho antes de que nacieran los proyectos ilustrados de paz.”

“Sin embargo”, continúa la profesora Cortina, “aún concediendo toda la importancia que pueda tener la diferencia cultural, quisiera dejar constancia de que los grandes conflictos y las dificultades de construir tanto una ciudadanía política como una ciudadanía multicultural siguen teniendo también en su raíz, y con gran fuerza, las desigualdades económicas y sociales.    A pesar del empeño por asegurar que los grandes problemas sociales son hoy el racismo y la  xenofobia, sigue siendo cierto que el mayor de ellos es la aporofobia, el odio al pobre, al débil, al menesteroso. No son los extranjeros sin más. Los diferentes (que somos todos), los que despiertan animadversión, sino los débiles, los pobres, (…) El gran problema es, pues, más la aporofobia que la xenofobia, habida cuenta del calor con que se recibe a los árabes multimillonarios…”.   Es decir, el mayor obstáculo reside en el imperante sistema económico-social, un sistema que el mayor valor es el dinero. (Recuérdese la existencia de los “visados de oro”).  En conclusión, el imperante sistema económico-social, un sistema en el que la economía carece de ética, es incompatible con la paz.

viernes, 11 de marzo de 2016

Construcción de una democracia cosmopolita

Hablamos de ciudadanos del mundo y cosmopolitismo e inmediatamente recordamos la palabra globalización, sin embargo no existe ninguna relación entre ambos. La actual globalización solo se refiere a la libertad de movimiento del dinero y la posibilidad de que las grandes empresas, en busca de mayores ganancias económicas,  puedan instalarse en cualquier parte del mundo.
No hace mucho leí una noticia en la que se indicaba el incremento   de los llamados visados de oro (golden visa) “en los últimos seis años, impulsado, sobre todo, por los millonarios de China, Rusia, Libia, Irán o Venezuela, ansiosos de hallar un lugar seguro para su dinero y un pasaporte que les ahorre trámites de visados en caso de tener que abandonar raudos sus residencias de origen·”   España, desde el verano de 2013, también ha participado en el programa de concesión de visados de oro. (“Visados al contado”, El País, suplemento Negocios, 14 de febrero de 2016)
¿Quién no recuerda las dificultades con que tropiezan los actuales refugiados, no millonarios?. No existe ninguna relación entre la globalización y los conceptos de ciudadanos del mundo y democracia cosmopolita. La empatía, fundamental en el ser humano, es desconocida por quienes gobiernan la actual globalización.
 Otra importante diferencia reside en que los conceptos de ciudadanos del mundo y democracia cosmopolita obligan a sustituir los verbos confrontar y competir por los de acordar y cooperar. Es decir, convocan a trabajar en el área de negociaciones y consensos. Remplazan el concepto de competencia y  el objetivo de crecimiento económico por los de colaboración  y desarrollo humano.
Es hora de que todos los habitantes del planeta Tierra nos consideremos ciudadanos de mundo.
Ricardo Lagos,  presidente  del Consejo Latinoamericano de Relaciones Internacionales, se pregunta ¿cómo se puede vivir, convivir, en un mundo interconectado con ideologías diversas, con religiones distintas, …? Y señala  que “cada cual tendrá que, en el marco de ese diálogo,  poner sobre la mesa lo propio, sin pretender –como históricamente fue- que los demás sigan ese modelo”. “Más allá de la coyuntura (tan heredera de lo que el siglo XX no pudo resolver) estamos transitando hacia un mundo multicoral” . ( “Un mundo coral”, El País, 24 de febrero de 2016)
La situación  reclama ideas nuevas y  abrirse a la participación ciudadana. Nunca como ahora el ciudadano tuvo mayor acceso al conocimiento y sabiduría, de aquí la importancia que puede tener en concepto de sabiduría de las multitudes. En la democracia cosmopolita debe jugar  un destacado papel la sabiduría de las multitudes. En definitiva, un nuevo orden internacional que exige diálogo y cooperación en lugar de imposición.  Algo muy distinto de lo que sucede en la actualidad.  En la actualidad,  el orden internacional descansa en instituciones ademocráticas (G-20, FMI, Banco Mundial, OMC, …)  y  evita la opinión de los ciudadanos, considerada como obstáculo al libre funcionamiento del sistema. Además, está la figura de “los mercados” que pueden no estar  “contentos” con el resultado  de unas elecciones. (Unos  “mercados no contentos” son muy peligrosos).
Cada vez  en mayor medida, aumenta la sensación de que el sistema político basado en el Estado-nación se ha quedado obsoleto.  Muchos pensadores conciben un mundo organizado territorialmente en pequeños cantones autónomos pero no soberanos, sin ejército y sin poder para frenar la libre circulación de personas, ideas y mercancías, complementado por el establecimiento de fuertes organizaciones mundiales, empezando por un sistema global de justicia que vele por los derechos humanos en el mundo entero.  Una de las más importantes organizaciones mundiales sería, como insistentemente indica Federico Mayor Zaragoza, sería una ONU modificada.  

jueves, 10 de marzo de 2016

Ciudadanos del mundo

En la actualidad,  cualquier problema en una región o país, instantáneamente, se convierte en mundial.  Por ejemplo,  el virus de la gripe, el ébola, el mosquito zika..no afectan solo a un país ni siquiera a un continente;  la desigualdad económica entre países o dentro de un mismo país conducen a problemas de migración o puede ser origen de actos terroristas; las consecuencias del cambio climático están siendo sufridas incluso para aquellos que nunca han emitido gases contaminantes;  problemas en el economía de un país repercute en todos los demás;  etcétera
En el siglo XXI, no puede pensarse en una solución militar, no solo  porque ahora las armas de que se dispone son extremadamente peligrosas, sino también porque, como hemos visto en más de una vez,  la imposición militar como  solución mayor  no garantiza nada: la guerra además de no resolver nada, es muy peligrosa para todos.
Si todos somos habitantes del mismo planeta y todos los problemas son de todos,  no parece aceptable sentirse miembros de un solo país. Los problemas se podrán resolver más fácilmente  si  todos nos consideramos ciudadanos del mundo. 
Sin duda, se dan las condiciones para que se cumpla el sueño de Cicerón (Marco Tulio Cicerón, político, filósofo, orador y escritor romano que vivió desde el año 106 al 43 antes de Jesucristo). “Crear un mundo de ciudadanos cosmopolitas que conviven con las mayores posibilidades de libertad y que se guían por unas normas éticas que aspiran a la justicia”.
Según Arnold Toybee, historiados británico que vivió entre 1889 y 1979, “LA Humanidad quizás tenga que elegir entre dos alternativas extremas: suicidarse o aprender a vivir en lo sucesivo como una familia única”.
Jeremy Rifkin, en su libro La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis (2010.14) dice: “Quizá la cuestión más importante a la que se enfrenta la Humanidad es si podemos lograr la empatía global a tiempo para salvar la Tierra y evitar el derrumbe de la civilización”.
 Se consideraron ciudadanos del mundo  Albert Einstein (1879.2953) , el científico más conocido y más popular del siglo XX, alemán de origen judío; Bertrand Russell (1872-1970), británico, filósofo, matemático, escritor, activista social, Premio Nobel de Literatura. Thomas Paine, intelectual inglés y revolucionario americano, uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos, decía: “Mi país es el mundo y mi religión hacer el bien”.
En la actualidad, son claros defensores del concepto de ciudadanos del mundo,  Martha C. Nussbaum, (1947- ) filósofa  galardonada con el Premio Príncipe de Asturias 2012; y Jesús Mosterin, (1941-  ) filósofo español, desde 1996 Profesor de Investigación del Instituto de Filosofía de CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas); David Held (1959- ) sociólogo, catedrático de Ciencia Política en la London School of Economic. De todos sus libros, ha sido traducido al español el titulado La democracia y el orden global. Del Estado moderno al gobierno cosmopolita (1997, Barcelona, Paidós)  del que books.google ofrece una vista previa.
Colaborador de David Held es Daniele Archibugi,  uno de los promotores de la creación de un Parlamento Mundial de elección directa, que trabaja en el Consejo Nacional de Investigación italiano en Roma y  miembro del Consejo asesor de la revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global, editado por el Centro de Investigación para la Paz (CIP-Ecosocial) de Madrid.
Ciudadano del mundo se sentía mi padre, inspector veterinario, fallecido en 1974.

Continuaré con este tema en otras “píldoras para pensar”. Me parece muy importante.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Reunión del G-20

Forman parte del G-20 los  jefes de Estado (o Gobierno), gobernadores de bancos centrales y ministros de financias de los siete países industrializados, (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, y Reino Unido), más Rusia, más once países recientemente industrializados de todas las regiones del mundo (países emergentes) y Unión Europea.
Teóricamente, es un foro de cooperación y consulta en temas relacionados con el sistema financiero internacional, estudia, revisa y promueve discusiones sobre temas de alcance mundial, con el objetivo   de mantener la estabilidad financiera y económica internacional, y de tomar decisiones consensuadas que repercutirán globalmente,
Existiendo los problemas que, en la actualidad, tiene la Humanidad: cambio climático, bolsas de pobreza junto a inimaginable,  conflictos armados de todo tipo, refugiados, problemas en el sector financiero, etc.    ¿quién no esperaba  “algo”  de esta reunión?
Pero la realidad ha sido decepcionante. Los miembros del G-20  no han hecho nada salvo comprometerse a utilizar “todas las herramientas posibles para fortalecer el crecimiento global”, Sin embargo, no se han puesto de acuerdo en cuáles son esas “herramientas posibles”.  “El G-20 no descarta ninguna opción que permita impulsar el débil crecimiento mundial, pero tampoco aporta una respuesta concreta para lograr tal fin”. “Tanto el FMI como la OCDE advirtieron por su parte de la apremiante necesidad de que los Estados miembros avancen en la senda de las reformas. Tenemos que hacer más para lograr nuestros objetivos comunes de crecimiento global”. (Fuente: “Las potencias discrepan en las recetas para reactivar la economía”, El País 28 de febrero de 2016). Siempre el crecimiento económico y las reformas. 
No han sido capaces de mencionar la necesidad  de evitar o paliar las crecientes desigualdades sociales, ocasionadas por algunas de esas “herramientas posibles para fortalecer el crecimiento global”. Y, sobre todo, no han ni siquiera recordado la promesa solemne que hicieron en 2008 de eliminar sin tardar los paraísos fiscales, ahora más colmados que nunca.  Los grandes fondos y empresas son tan influyentes como indiferentes.
Se puede esperar cualquier barbaridad o disparate de estas instituciones, según Federico Mayor Zaragoza (blog , 10 de septiembre de 2013) oligárquicas  (el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social) y plutocráticas (predominio de la clase más rica de un país) que inventaron los “globalizadores”. Jeans Ziegler, que fue Relator Espacial de Naciones Unidas para la Alimentación, hubiera hablado de “feudalismo”.

En ese post de su blog, Federico Mayor decía: “Hay que actuar sobre el pueblo para que tome conciencia de las nuevas formas de dominación y confíe en su potencial como agente transformador”. Ahora, en 2016, hay que decir que el pueblo ha tomado conciencia de la situación y, a pesar de todas las dificultades, ha empezado a hacer uso su espíritu combativo ante la adversidad.