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viernes, 22 de septiembre de 2017

Crímenes medioambientales



Fue en la década de 1970 cuando empezó a pensarse en la necesidad de reformar el Estatuto de Roma con el objetivo de incluir, entre los crímenes contra la humanidad, las acciones que causan graves destrozos en el planeta Tierra (nave espacial Tierra) que habitamos. Se denomina "ecocidio" a cualquier destrucción del ecosistema a base de esquilmar y dejar exhausto hasta el último de los recursos naturales con fines económicos, poniendo,  incluso, en peligro la supervivencia de la humanidad.
El problema ha alcanzado tales dimensiones que han tenido lugar Congresos Internacionales en los que juristas y experto han señalado la necesidad de crear un Tribunal de Justicia Universal que castigue  los delitos contra el medio ambiente. También se han organizado cursos de verano sobre este tema para concienciar a la población.
El hecho es que urge incluir los ecocidios en el sistema de Justicia Universal, pues las grandes empresas transnacionales y los políticos están destruyendo los que es nuestro hogar, el planeta Tierra.
Hace unos días, una ONG señaló que importantes empresas textiles tienen claros vínculos con las fábricas de viscosa en Asia, que provocan una contaminación devastadora del agua, a pesar de que se puede fabricar este tejido de forma no contaminante.
Varios científicos y onegés han denunciado la tala de árboles que está destruyendo el bosque de Bralowieza (Polonia), Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, con el beneplácito del gobierno. La venta de madera tiene fines lucrativos.  Lo único que se interpone entre los árboles y las taladoras es la voz de la gente. Sin embargo, el gobierno polaco ha ignorado todas las peticiones para salvar el bosque, incluso la orden de la Comisión Europea. La tala de árboles está haciendo que desaparezca el Amazonas, uno de los más importantes pulmones de planeta. 
El País de 23 de enero de 2016 de 2016, se publicó un artículo, “Ecocidio en Cancún”, escrito por el embajador del Pacto Climático Global de Ciudades y director para América Latina de la Nucler Age Peace Foundatiñon, Ruben D. Arvizu, describe el ecocidio que estaba teniendo lugar en México con “el apoyo y la conformidad de las autoridades”, sin atender la petición de multitud de ciudadanos que trataron de detener que se cometiera tal crimen.  El crimen consistía en destruir la vibrante y llena de vida ciégana de manglares de Tajamar; un área que es –era- de gran importancia no solo por la flora y la fauna que hasta hace unos días existían allí, sino también como una zona de amortiguamiento para los huracanes. El diario mexicano El Economista ha publicado la lista de empresas y particulares, entre ellos el Ayuntamiento, quienes reclaman la propiedad de ese espacio natural.    
Luis Manuel Ruiz, escritor, es autor de una columna periodística, “Ecocidio”, publicada en El País del 2 de enero de 20011, en la que cita lo ocurrido en la isla de Pascua, y señala  que vamos camino de que se repita lo que sucedió a los polinesios, pero  a nivel mucho mayor porque el tamaño del planeta Tierra es varias veces el de la isla de Pascua.  
Luis Manuel Ruiz coincide con lo que escribió  el profesor de Sociología, Enrique Gil Calvo. Ambos analizan lo ocurrido en la isla de Pascua y señalan el paralelismo con lo que está sucediendo  en la actualidad. En la actualidad, el problema reside en un sistema económico que coloca en el consumo masivo de bienes su fin primordial (crecimiento económico) y que sacrifica todas las ventajas futuras al presente del beneficio económico. Ruiz indica que “a estas alturas de la película, todos somos conscientes del peligro que se abate sobre nosotros debido al deterioro continuado a que la industria somete al entorno natural”. El capitalismo es una “criatura esquizofrénica”: se nos dice que el consumo indiscriminado es pernicioso para el mundo y a la vez que sólo el consumo y el rescate de confianza nos sacarán de una de las peores crisis económicas que recordamos”.
Sin duda el problema es mucho más importante de lo que parece: nos conduce directamente al precipicio.
            

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