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viernes, 1 de septiembre de 2017

Guerras. Inteligencia artificial

     Enfrentados, como estamos, a importantes problemas globales que requieren una urgente solución, es incomprensible que los últimos adelantos técnicos estén dirigidos hacia dotar de inteligencia a las máquinas. Desde la invención del hacha de piedra, toda tecnología tiene un doble filo: puede usarse para aliviar el sufrimiento humano o para intensificarlo. Está claro que no se puede desinventar lo inventado,  pero debemos confesar que cada vez nos es más difícil encontrar el filo bueno de la inteligencia artificial; quizás la cuestión resida en la manera de utilizarla, algo muy relacionado con el sistema político y social en el que se está desarrollando.

Según Rosa Montero en “El camino al futuro” (El País Semanal del 30 de julio de 2017), en 2015 más de mil científicos, entre ellos Hawking, firmaron una carta abierta contra el desarrollo de robots militares autónomos que no precisen el control humano.  (Rusia ya ha anunciado la creación de un robot capaz de disparar armas con precisión milimétrica).
El horror provocado por la explosión de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, hace algo más de setenta años, deberían haberse convertido en pacifistas  todos los gobernantes. Sin embargo, los gobernantes siguen dedicando dinero para la investigación, fabricación y compraventa de armas.  El actual sistema político tiene como fin en sí mismo el crecimiento económico, algo que aumenta cuando el país fabrica y exporta armas. ¿Cómo es posible un sistema económico-social que considera riqueza de un país la fabricación y venta de armas?
En el periódico El País del 22 de agosto de 2017, se puede leer que un grupo de 116 expertos y líderes empresariales de todo el mundo han enviado una carta a Naciones Unidas en la que pedían prohibir el desarrollo de robots dedicados a la guerra. Los especialistas en robótica e inteligencia artificial  advierten en el documento de la posibilidad de una “tercera revolución bélica” que podría hacer que aumentaran las guerras. ¿Ignoran estos expertos y líderes empresariales la carta abierta escrita, con anterioridad, por más de mil científicos?
Da la sensación de que los líderes empresariales se creen que son ellos los que, en estos momentos, gobiernan el mundo. Es hora de que los ciudadanos demuestren que pasaron los años del feudalismo y las dictaduras; en estos momentos, el futuro será construido por los ciudadanos, sobre todo los intelectuales. En una “verdadera” democracia no son posibles las guerras. En realidad, los líderes empresariales lo saben y por ello utilizan todas las herramientas –entre ellas, la inteligencia artificial- para que los ciudadanos no sientan empatía y no piensen. EL ROTO, humorista gráfico, en una de sus viñetas presentaba a dos personas que estaban observando porque no funcionaba lo que parece una complicada máquina. Dice una de ellas: “¡Otra vez la conciencia dando problemas!”. Contesta la otra: “Habrá que desconectarla”.  Eso es lo que el sistema está haciendo ahora. Es urgente cambiar el sistema.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cañones o mantequilla.La economía es una excusa más para hacer daño.

Juliana Luisa dijo...

Estoy de acuerdo contigo. La economía es siempre una excusa. El objetivo último del actual sistema es el crecimiento, en su altar se debe sacrificar cualquier vida humana.