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sábado, 10 de febrero de 2018

Construir la paz



Puesto que la mayoría de los ciudadanos no desean las guerras pero, al mismo tiempo, cree que es imposible detenerlas, el primer cambio que debemos propiciar es en nuestras mentes. Debemos cambiar esa idea de que “no es posible”, porque lo único  que nos impide transformar la realidad son nuestras creencias sobre la misma. 
Mijail Gorbachov, 1997 (Prólogo de Fredrik S. Heffermehl al libro Construir la paz, 2003, Icaria editorial y Fundación Cultura de Paz)      
                             
Fredrik S. Heffermehl es abogado, licenciado en Derecho por la Universidad de Oslo Master of Laws por la Universidad de Nueva York. Desde 1984 es un renombrado activista Actualmente es vicepresidente de la International Association of Lawyers Against Nuclear Weapons.
A  continuación, voy a  mostrar algunas frases o párrafos del citado  prólogo.

“[…] llego a la conclusión de que el militarismo se deja manejar por fuerzas más poderosas, esencialmente, económicas, y que solo una movilización masiva por la paz puede salvar la vida es este planeta”.
“Es posible [la paz], a pesar de los continuos gastos desorbitados en más y más armamento.  Es posible, incluso sabiendo que millones de personas dependen del ejército y de los preparativos de guerra para ganarse la vida y que además en la actualidad cuentan con el poder necesario para controlar incluso las decisiones políticas que conciernen a los presupuestos que se les asigna”.
“Lo cierto es que cuando a una idea le llega el momento, esta cobra más fuerza que el avance de cualquier ejército. Los cambios más increíbles e inesperados pueden hacerse realidad. Nadie  sospechaba que el comunismo y el Telón de Acero se desmoronarían unos meses antes de que, efectivamente, así ocurriera. Del mismo modo, nadie imaginaba que la minoría blanca de Sudáfrica, que ostentaba todo el poder militar, tendría que acabar negociando con el prisionero Nelson Mandela, liberándole y convocando unas elecciones que le erigirían como el nuevo Nelson Mandela. Cuando la  gente se une por una causa, el milagro ocurre. Posiblemente el mayor enemigo de la paz en el mundo sea la extendida creencia de que la paz es imposible. La clave está en añadir y si fuera posible. Ahí radica la diferencia entre formar parte del  problema o formar parte de la solución”.
“Las últimas generaciones han sido testigos de un gran avance en el desarrollo de nuestra conciencia ética colectiva.  La dignidad e igualdad básicas de todos los seres humanos se ha expresado en la Declaración de los Derechos Humanos y en la Convención sobre los Derechos Humanos de las Nociones Unidas. […] Del mismo modo, las técnicas para la resolución de conflictos están evolucionando con rapidez. Tanto las ideas como las palabras tienen la fuerza necesaria para cambiar el mundo y, de hecho, así lo hacen”.
“La Carta de Naciones Unidas obliga a los estados a resolver sus disputas sin recurrir a la fuerza”.
“La democracia es, en sí misma, un sistema para fomentar la resolución pacífica de los conflictos. Antaño los hombres defendían sus derechos por la fuerza bruta. Sin embargo, las sociedades  civilizadas crearon leyes y tribunales y cuerpos policiales para garantizar que fueran eficaces. ¿No ha llegado ya el momento de que la comunidad internacional también se civilice?”.

 NOTA. A mi juicio, un ejemplo de que “cuando a una idea le llega el momento, esta cobra más fuerza que el avance de cualquier ejército”,  lo constituye, en la actualidad, el  movimiento a favor de la igualdad hombre-mujer.

1 comentario:

J. Felipe dijo...

Hola Juliana. Necesitaba contactar contigo porque en Amanece Metrópolis, la revista donde escribo, necesitamos algún redactor más. Si te parece puedes contactar directamente conmigo en felipepozueco@gmail.com

Gracias